Cómo las aduanas nos protegen del coronavirus


La crisis del coronavirus ha puesto de relieve el desafío de proteger la salud de las personas en varios países. Ante las emergencias, los gobiernos han tomado medidas sin precedentes a nivel internacional, como el cierre de fronteras o grandes extensiones de territorio. Estas medidas pueden perturbar gravemente las cadenas de suministro y el transporte mundiales. Según datos de la Organización Mundial del Comercio, para 2020, el volumen del comercio mundial de mercancías puede caer entre un 13% y un 32%. Ante la ausencia de políticas para gestionar las crisis sanitarias, como las actividades de pruebas a gran escala y la gestión inteligente de datos para garantizar la trazabilidad de las infecciones y, por tanto, la intervención oportuna, los gobiernos de varios países han optado por cerrar las fronteras o restringir el tránsito en un corto período de tiempo ante una emergencia sanitaria.

Para consumar aquel papel, es imprescindible que los servicios aduaneros coordinen sus esfuerzos de forma eficiente con las otras entidades competentes en temas de despacho de mercancías e individuos. 

Ciertos territorios han impuesto limitaciones a los flujos de pasajeros, sin embargo permiten el negocio de bienes y servicios para asegurar el suministro de alimentos, medicinas, grupos sanitarios, bienes intermedios, grupos de telecomunicaciones y combustibles, entre otros, y para conservar la producción nacional a un grado mínimo. 

Las cadenas de suministro tienen que continuar funcionando a medida que los servicios sanitarios permanecen en el frente de la lucha contra la epidemia, la contestación inmediata y coordinada de los servicios aduaneros y otras agencias fronterizas es necesaria para priorizar el despacho diligente de bienes necesarios como alimentos, medicinas, mascarillas, guantes, respiradores, equipamiento de custodia, entre otros, así como para  asegurar que los productos importados o donados no comprometan la salud pública por no atender estándares de calidad y/o la estabilidad nacional. 

Así mismo, los gobiernos tienen que intentar adoptar protocolos para no interrumpir el negocio de otros bienes que además son relevantes para conservar la provisión de los mercados nacionales, de bienes de consumo y de bienes intermedios que permitan una pronta reactivación económica.

El rol crítico de las aduanas

A manera de ejemplo presentamos algunas de las medidas que las aduanas pueden adoptar durante la gestión de la pandemia:

  • Implementar junto con otras entidades gubernamentales de control fronterizo un procedimiento de emergencia simplificado y expedito para el despacho de las mercancías críticas, sean estas donadas o de importación comercial normal.

  • Identificar en coordinación con las autoridades de salud las mercancías necesarias para atender la emergencia, y contemplar una excepción temporal en el pago de aranceles.

  • Implementar un proceso expedito de emisión de licencias junto con el Ministerio de Salud (o autoridad competente) para una rápida verificación de dichos permisos o certificados.

  • Facilitar la admisión temporal de los equipos de las organizaciones internacionales que participan en las labores de asistencia para superar la emergencia.

  • Usar medios no intrusivos de control para agilizar el levante de las mercancías.

  • Colaborar con importadores confiables certificados, como los Operadores Económicos Autorizados (OEA), y con empresas que importan de manera frecuente las mercancías necesarias para facilitar su importación.

  • Mantener líneas de comunicación con los actores públicos y privados de la cadena logística para comunicar los nuevos procesos y conjuntamente ajustarlos en función de la evolución y las necesidades de la emergencia.

  • Estrechar lazos de comunicación con otras administraciones de aduanas, especialmente de los países vecinos y de los que exportan los productos de emergencia.

La crisis del covid-19 nos hace darle más importancia al costo que al valor de la participación en todas los directivas y niveles, debido a que una positiva contestación a la emergencia necesita coordinación en el campo del gobierno (de índole sanitario, de orden público y comercial), en medio de las entidades de regimen nacional, regional e mundial, y la participación del sector  privado. 

El BID reconoce la tarea y el valor de las aduanas del territorio a lo largo de la administración de la enfermedad pandémica y el proceso de reactivación económica, y preserva su compromiso con la modernización y la transformación de estas por medio de la optimización de sus procesos, sus sistemas, su equipamiento con novedosas tecnologías, y el fortalecimiento de sus recursos humanos. 

Esta enfermedad pandémica además pone en visión la relevancia de cooperar a grado nacional por medio de una administración coordinada de fronteras y regional junto con empresas mundiales como Naciones Unidas (Office for the Coordination of Humanitarian Affairs, OCHA por sus siglas en inglés), la Organización Mundial de Aduanas (OMA) y el FMI (FMI) en la preparación de Planes de Acción y Contingencia para estar mejor preparados en futuras emergencias. 


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